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viernes, 4 de diciembre de 2009

LOS ACERTIJOS


Edad Antigua

La Edad Antigua es el período que se extiendes desde 4000 a.c. hasta el año 476 d.c.

Acertijos, enigmas, rompecabezas y adivinanzas se pueden encontrar prácticamente en todas las culturas a lo largo de la historia.

Iniciemos este viaje por la historia de los acertijos.

Los más antiguos acertijos que se conocen datan de Oriente Próximo hace 3.000 o 4.000 años.

Probablemente las adivinanzas surgieron con el lenguaje humano, pero el primero que se conoce, escrito en una tablilla, data de tiempo babilónicos. Abundan en documentos antiguos como la Biblia, el Corán, la mitología griega y los manuscritos sánscritos.

Griegos: fue empleado en los primitivos tiempos por los oráculos y fue escrito casi siempre en versos hexámetros.
Cuando se extendió su uso fue en tiempo de los “siete sabios”, los cuales lo emplearon para fines didácticos.


* Cleóbulo compuso en verso un gran número de acertijos.
* Los poetas griegos épicos y dramáticos daban cabida al
acertijo en sus producciones, y conocido es el enigma de la
esfinge resuelto por Edipo, que se detalla a continuación:

“La esfinge, en la antigua Grecia era una especie de monstruo femenino con rostro cuerpo y patas de leona, y alas que recordaban a un ave de rapiña. Su origen resultaba incierto. Algunos decían que era hija de Equidna, una víbora con cuerpo femenino y cola de serpiente; otros que era hija de Ortro, el ominoso perro de varias cabezas de Geriones, o de Tifón, el pequeño vástago de Gea y Tártaro. Aún había quienes, para rizar el rizo de su génesis, sostuvieron que la esfinge era hija de Layo, rey de Tebas y padre a su vez de Edipo, futuro monarca. La diosa Hera envió a la esfinge a Tebas con la encomienda de que castigase a la ciudad.


La esfinge, fuerte, segura de sí misma y perfectamente preparada para aniquilar, buscó acomodo en una de las montañas del oeste, se afianzó allí como una presencia espantosa y se dedicó a atormentar al reino con la desaparición de viajeros, soldados, mercaderes. Antes de devorarlos, les proponía distintos enigmas, pero el más frecuente era: “¿Cuál es la criatura que anda primero con cuatro patas, luego con dos y después con tres, y que se vuelve más frágil a casa paso?”. Nadie lo sabía, y era víctima de la mujer leona. Al cabo de un tiempo acertó a pasar por allí el joven y aguerrido Edipo que huía de un crimen. La esfinge lo detuvo y lo sometió a la prueba con su eterna pregunta. Edipo le respondió: “Es el hombre. Gatea cuando es niño, camina erguido y seguro de sus huellas cuando es joven, y se acompaña de bastón cuando es viejo”. La esfinge se quedó contrariada, y le formuló una segunda pregunta: “Existen dos hermanas, y una de ellas engendra a la otra, y ésta a su vez engendra a la primera”. Edipo, audaz y brillante, se mesó la barbilla, vislumbró el abismo interminable que se abría bajo sus pies y contestó: “El día y la noche”. En griego, el día también es femenino.

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